Después de que el América derrotara 4-2 al Guadalajara en la final de la Liga MX la semana pasada, Henry Martín se robó los reflectores con una celebración que no cayó bien a algunos televidentes. Emuló a Cuauhtémoc Blanco lanzándose a la red, lo que provocó indignación y debate sobre si debería o no enfrentarse a una sanción por celebraciones excesivas. Veamos más de cerca la polémica y por qué sus acciones causaron tanto revuelo.

La Federación Mexicana de Fútbol (FMF) tiene reglas para sancionar a los jugadores que participan en celebraciones excesivas durante los partidos. Dependiendo de la gravedad de la falta, los castigos pueden ir desde advertencias hasta multas de hasta 1.500 UMAS (155.610 pesos). Hasta el momento, la Comisión Disciplinaria no ha anunciado ninguna medida contra Martín. Sin embargo, muchos aficionados piden que se tomen medidas.

Por si fuera poco, el festejo de Martín fue criticado por varios ex jugadores que dicen que fue una falta de respeto hacia el Guadalajara y su afición. En respuesta a esas críticas, Martín publicó una disculpa en su cuenta de Twitter diciendo que nunca tuvo la intención de ofender a nadie, sino de celebrar la victoria del América de una manera entusiasta. La publicación recibió miles de “me gusta” y “retweets” de aficionados que agradecieron su humildad y respeto hacia los seguidores del Guadalajara.

El incidente reavivó el debate sobre cómo deben celebrar los jugadores los goles o las victorias sin faltar al respeto, no sólo en México, sino en todo el mundo. Es importante que las ligas establezcan normas claras sobre lo que se considera un comportamiento apropiado en el terreno de juego para no dañar la moral del equipo y distraer la atención del juego real.

A la espera de la decisión de la FMF sobre si sancionará o no a Henry Martín por su polémico festejo, una cosa está clara: celebrar las victorias deportivas debe hacerse con respeto y entusiasmo para no manchar grandes momentos de la historia con conductas antideportivas. Dando buen ejemplo dentro y fuera del campo, podemos asegurarnos de que estos momentos de alegría no se vean empañados por la polémica.